The Boys fue una de las series que con más fuerza irrumpió en la escena de las plataformas televisivas durante 2019. Y no lo decimos solo en sentido figurado, por la magnífica fuerza que poseen la mayoría de sus protagonistas, sino porque llegó a Amazon sin la expectación que sí conllevan otros proyectos y terminó por suponer uno de los mayores éxitos de la plataforma de Bezos como apuesta propia.
La serie, basada en unos cómics homónimos, nos cuentan la historia de un grupo de superhéroes que están dirigidos por una empresa, la cual saca partido económico a todas esas acciones heroicas que culminan los susodichos, a través del marketing, las redes sociales, etc. Pero detrás de todo lo bonito que puede haber en la vida y hechos de unos superhéroes, también hay otros aspectos más duros y oscuros, ante los que una serie de ciudadanos, que se han visto afectados por esa maquinaria de heroicidad y marketing, quiere luchar.
The Boys comenzaba su primera temporada con una apuesta visual de primer nivel. No hace falta decir que, en tan solo unos minutos, su propuesta resultaba tan poderosa como atractiva y el nivel de impacto que ocasionaba en los espectadores era proporcional al nivel de adicción.
Esta dureza y crudeza fue una de las características principales de la primera temporada y, ahora que acaba de terminar la segunda temporada en Amazon, no nos queda más remedio que confirmar aquello visto hace un año y tan deseado durante todos estos meses.
La segunda temporada comenzaba retomando alguna de las incógnitas que dejó abiertas la primera. La principal, la relación que iba a tener el líder de los héroes, Homelander, con su hijo.
Pero lo que centra la segunda temporada es la aparición de un nuevo personaje en el grupo de los 7, llamado Stormfront. Esta súper heroína tiene unos poderes asombrosos, pero lo que más llama la atención desde el primer momento es su tremendo descaro, su increíble manejo de las redes sociales y los medios de comunicación y, sobre todo, su capacidad para hacer frente a Homelander.
A Stormfront no le hace falta demasiado tiempo en pantalla para convertirse en uno de los personajes más carismáticos. Al obvio buen guion y desarrollo de su personaje hay que añadirle la gran interpretación que lleva a cabo la actriz Aya Cash, que se consolida, así, como una de las actrices más interesantes de su generación y estilo.
Pero, aunque pueda parecer la más interesante, no hay que olvidar algunos de los personajes que tanto nos fascinaron, cada uno a su manera, durante la primera temporada. Billy Butcher ha sido uno de los roles más auténticos que se han visto en la pequeña pantalla desde hace años. Un personaje tan duro como valiente, que se atreve con todo porque ya lo ha perdido todo. Con tales motivaciones, está completamente justificado que sus actos y sus intenciones sean tan agresivas. Y no es algo que escatimen en la segunda temporada.
Si hay algo que llama la atención en The Boys es el tremendo cuidado que le tienen al arco de los personajes. Es decir, el recorrido con el que evolucionan desde un primer estado hasta el final, que no solo es interesante, sino que es verosímil dadas las circunstancias.
Otro de esos personajes en los que se ve un claro antes y después es Queen Maeve, a la cual su vida personal comienza a afectar e influir de un modo mucho más potente, con momentos realmente importantes y cruciales en lo que al desarrollo de la historia se refiere. Igualmente, The Deep sigue con su tránsito de reafirmación personal, buscando un modo de volver al grupo de los 7. Esto es algo que también busca A-Train, epítome del ego más superficial, y uno de los personajes que durante esta temporada no va a tener tanta presencia como en la primera.
Y aquí es donde no nos queda más remedio que volver al gran Homelander. Decimos gran porque su personaje tiene un interés supremo ya desde la primera temporada. Su evolución es la más sólida, la más trabajada y la más creíble. Las motivaciones que le llevan a sobrevivir como líder, algo que le resulta cada vez más difícil, no son otras que motivaciones puras, que nacen de los instintos más primarios y que llevan a un conflicto entre esos beneficios que tienen los superpoderes y las contras de haber carecido de un afecto familiar como cualquier persona normal.
En lo referente a la trama que nos llevan intentando consolidar entre Hughie y Annie desde la primera temporada, es algo que aún falta por explotar definitivamente. Aunque el personaje de él puede suponer un gran contrapeso en el lado de los ciudadanos normales ante todo lo que suponen Frenchie, Mother’s Milk y, sobre todo, Butcher, su carácter con respecto a la que se supone su amor no termina por decidirse.
Pero, yendo definitivamente al grueso de esta segunda temporada, que es lo que más interesará a los que ya han visto la primera y dudan si acercarse, sí, merece la pena. No vamos a engañar a nadie al descubrir que los primeros capítulos pueden resultar más suaves o lentos que lo que uno se espera, sobre todo si se ve de seguido al terminar la primera temporada.
Esto es algo que puede detener a más de uno, pero recomendamos un poco de paciencia y disfrutar de cómo la acción, la violencia, la sangre y los grandes efectos van llegando según avanza la temporada. En concreto, los últimos capítulos cuentan todos y cada uno de ellos con momentos que van a quedar grabados en la retina de más de uno. Sensacionales escenas de lucha y de tensión que vuelven a situar a The Boys como una de las series de superhéroes más diferentes y atrevidas de la escena actual. Ahora, solo nos queda esperar, impacientemente, a que llegue la tercera temporada, de la cual ya se escucha que tendrá al menos 2 nuevos personajes, los cuales se encargaran de ponerle las cosas aún más difíciles a Billy Butcher y su equipo de renegados.
Mientras tanto, el único consuelo es volver a ver los diecisiete capítulos que tenemos hasta ahora disponibles.